El amor que necesito

Destacado

Después de más de un año de no darme el tiempo de escribir, regreso rápidamente para expresar un breve pensamiento.

Se está acercando esa fecha tan romántica y llena de expectativas; el 14 de febrero, el gran día del amor y la amistad. Y creo que siempre hay dos bandos: los que aman y se desviven por los detalles y el romance; y el otro lado que le es indiferente, lo odia o piensa que es «pura mercadotecnia» o simplemente alguien que ha decidido no gustarle por el dolor o sueños no cumplidos que puede representar.

Sin importar en qué bando estés, podemos vivir este un día (o una vida) cargando con la frustración por las expectativas no cumplidas o sueños pendientes; que por no suceder empezamos a creer mentiras de nosotros mismos; sin darnos cuenta empezamos a abrazar y a vivir con una idea equivocada y un futuro sin esperanza y sin sueños.

¿Será que soy tan difícil de amar? ¿Será que si fuera otra persona si sería más romántica/o conmigo? ¿Y si realmente no hay nadie para mí? ¿Qué está mal conmigo? … Así un sinfín de ideas, que tal vez para algunos puedan leerlo y sonar muy dramático, que es «too much» pero la verdad, creo que esta batalla es real y la vivimos más personas de las que nos imaginamos.

Ahora bien,  ¿Por qué escribo todo esto? Porque en la mañana vino a mi mente muy fuerte este pensamiento:

Eres amada, suelta aquello que no puedes cargar y permíteme mostrarte mi amor.

¿Sabes? Dios sabía que yo estaba cargando y poniendo expectativas en el lugar incorrecto, en las personas incorrectas y no, no me refiero a que es culpa de las personas; me refiero a nadie jamás podrá llenar aquello que SÓLO DIOS PUEDE LLENAR y mientras yo no suelte y redirija mi mirada y mi corazón a Él, podría pasarme todos los 14 de febreros o toda la vida frustrada y amargada por todo lo que creo que «me merezco», sueño y quiero.

Existe un amor perfecto, un amor que sana heridas, que borra mentiras y trae verdad, que llena de paz de fuerzas y de esperanza; un amor que dice que no hay nada que puedas hacer para que te ame más y no hay error tan grande que pueda hacer que te ame menos. Ese amor lo encuentras en Jesús.

Así que el día de hoy sólo quiero invitarte a examinar tu corazón, a ordenar tus ideas y sobre todo, SOLTAR ESE PESO PARA LA QUE NO FUISTE CREADO PARA CARGAR. Entrégaselo a tu Padre Celestial, y permítele llenarte de ese amor tan especial que te permitirá vivir una vida plena, abundante y llena de sueños nuevos.

Y claro, en una de esas, podrás encontrar a esa persona que sueñas a tu lado; o ser pleno con el amor de tu vida; pero esta vez será tomando de la mano a Dios, quien ya te llenó, ya te sanó y te entrega este sueño de vivir amando sin cargas ni dolor.

El canto al amor

El amor es comprensivo y servicial; el amor nada sabe de envidias, de jactancias, ni de orgullos. No es grosero, no es egoísta, no pierde los estribos, no es rencoroso. Lejos de alegrarse de la injusticia, encuentra su gozo en la verdad. Disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites. El amor nunca muere.

1 Corintios 13:4-8

QUIERO «EMBRACILAR» A MI BEBÉ

Destacado

Este mes mi bebé cumplió apenas 5 meses de vida y yo 14 meses de ser mamá (considerando el embarazo); y ha sido toooda una aventura loca y hermosa; pero si algo puedo decir es que con la noticia de mi bebé lo siguiente en llegar fueron los CONSEJOS y OPINIONES y la mayoría de las veces fueron no pedidos, llegan gratis y con promoción jaja.

No se crean, agradezco la buena intención, quiero ser sabia y poder tomar lo bueno para aplicarlo en mi vida, pero hay cosas que simplemente necesito hacer que me resbalen, que entren por un oído y salgan por el otro, que mi mente sea como teflón y uno de los comentarios favoritos y que más me puede frustrar es el siguiente:

“VAS A EMBRACILAR A TU BEBÉ”

“YA SE TE EMBRACILÓ”

“Déjala que llore tantito, lo vas a embracilar”.

Dejemos esta idea aquí.

Ahora, alguna vez escuché que la relación que tienes con tu padre tiene MUCHO que ver con la manera en la que vez a Dios. Esa frase retumbó en mi cabeza por meses, miles de preguntas venían a mí mente. ¿Cómo veo a mi papá? ¿Cómo es mi relación con él? ¿Siento que me ama? ¿Confío en él? ¿Siento que me protege? ¿Tuve un padre ausente?  ¿Acudo a él ante un problema? ¿Es un padre justo? ¿A mi padre le importa como estoy? ¿A mi papá le importan los detalles? ¿Qué pasaba cuando me equivocaba? ¿Le tenía miedo a mi padre? Si necesitaba algo, ¿Podía acudir a él? O ¿Consideraba que estaba muy ocupado para mí? Miles de preguntas más.

Si unimos un poco los puntos, entenderás porqué QUIERO “EMBRACILAR” a mi bebé.  Y aunque a veces pudiera ser cansado, sé que con sólo cargarla voy a poder decirle sin palabras lo esencial.

Sí, quiero que mi hija sepa que si llora, voy a estar junto a ella para abrazarla, amarla y contenerla.

Sí, quiero que mi hija sepa que si me necesita, estaré para ella, para guiarla y cuidarla.

Sí, quiero que mi hija sepa que si levanta los brazos, tendrá a alguien que ve por ella.

Sí, quiero embracilar a mi hija.

Hija, eres amada inmensamente, pero nos gana alguien, el creador del cielo y de la tierra.

Hija, puedes confiar en nosotros, tu papá y yo guardamos tu corazón, pero fallamos; el que no falla es tu Padre celestial; en el puedes depositar TODA tu confianza.

Hija, nosotros haremos todo lo que está en nuestras manos para cuidarte y protegerte; pero Dios va un paso delante tuyo y protege cada paso que das; puedes descansar en Él.

Hija, tu papá y yo buscaremos siempre tiempos de calidad en familia; pero si algún día faltamos; Dios está contigo 24/7. Nunca estarás sola. Él es todo lo que necesitas.

Hija, puedes equivocarte, estaremos para animarte y guiarte en el camino; pero faltaran nuestras palabras de aliento, Dios te perdona, te sana y te da esperanza para un nuevo comienzo; llénate de Sus fuerzas.

Hija, tu papá y yo no somos perfectos, aunque queremos serlo para ti; Dios nos dará sabiduría pero aún si erramos, tienes que saber que Dios, te ama y es un Dios amoroso y justo.

Hija, podría continuar la lista, en donde recalcaría que tu papá y yo haremos siempre lo mejor de nosotros y daremos todo por ti; pero no pararía de redirigir tu mirada al más importante, a tu Padre celestial.

Hija, nuestro padre celestial nos ama inagotablemente, nos protege, le importa cada detalle de nuestra vida, siempre nos espera con los brazos abiertos, sin importar nuestros errores; no le tengas miedo, no tengas pena de acercarte a Él; Él nos guía, Él nos sostiene, nos da esperanza; sana nuestro pasado, sana nuestras heridas y nos da un futuro más grande y maravilloso del que podemos imaginar.

Así para que con la misma seguridad yo puedo alzar los brazos al cielo sabiendo que Dios me abraza, me sostiene y me llena de fuerzas y amor inagotable quisiera que mi bebé algún día pueda hacerlo también.

*

*La buena noticia es que si tu has fallado como papá, o si fallaron contigo; no hay herida que Dios no pueda sanar; no hay vacío que Dios no pueda llenar y no hay futuro que Dios no pueda mejorar.

*

*Aclaro que claro que tengo que trabajar, limpiar, cocinar y todo, lo demás pero al final del día, prefiero que los platos esperen los platos que mi bebé. Que cuando esté mi bebé sepa que estaré para ella.

Aquí te dejo un artículo que me pareció MUY interesante:

https://www.cuerpomente.com/blogs/ramon-soler/efectos-metodo-estivill-indefension-aprendida_1965?fbclid=IwAR1L5lC09cAKLK1zFAAFhleBGmvp_1W9pbkUFpH722BQ7DYT88PYARERUKU

El fin de tus miedos.

Destacado

Después de un buen mes de vacaciones, descanso y buenas noticias, al fin regresamos a escribir un poquito; y como siempre, las historias me enseñan mucho, así que aquí les va una:

Cuenta la leyenda urbana que en un pueblo del País Vasco hubo una bomba que llegó a tierra pero nunca estalló. La bomba quedó incrustada en el medio de la plaza central del pequeño poblado. Los pobladores sorprendidos y asustados no se animaron a moverla, y mucho menos desarmarla. Allí permaneció años durante el gobierno de Franco como un símbolo aleccionador. Representaba la muerte, el poder del régimen y el castigo a quien se revelara.

Un día de primavera, por la mañana, Julen se cansó del detalle del paisaje que arruinaba la plaza. Buscó herramientas, pidió ayuda que no encontró, y se decidió a desarmar y quitar el artefacto. Las primeras horas trabajó solo, ante la mirada lejana de sus coterráneos. Para el mediodía ya contaba con la ayuda de sus amigos, pues si de algo hay que morir, que sea junto a los amigos. Para la media tarde todo el pueblo estaba en la plaza, expectante y colaborando como pudiera.

Antes del anochecer la habían desarmado, subido a una carreta, y decidido que la iban a llevar al pueblo vecino, donde se encontraba la sede municipal de la región. Pero lo interesante de la historia fue lo que encontraron dentro de la ojiva, es decir, la punta o cabeza de la bomba; la parte que viaja del lado de abajo cuando una bomba es lanzada y posee el detonador. Allí, junto a cables y piezas de metal, hallaron un papel manuscrito que contenía solo unas pocas palabras. Pensaron que tal vez indicara el lugar donde fue hecha, sus componentes, o algunas instrucciones de uso, pero de todos modos despertó la curiosidad del pueblo.

Claramente no era en vasco, en castellano, ni en inglés. Era aparentemente alemán. En el pueblo, había una sola persona que podía llegar a descifrar la escritura: Mirentxu, quien de pequeña, por el trabajo de su padre había estado algunos años en Hamburgo. Mirentxu naturalmente estaba en la plaza. Fue solicitada y tomó el papel. Se tomó algunos segundos, que no fueron más de medio minuto. Ordenó en su mente las palabras, la gramática, y para cortar con el suspenso dijo mirando a todos sus vecinos (que al mismo tiempo la miraban en silencio): “Salud. De un obrero alemán que no mata trabajadores”.

Nadie se movió de la plaza las siguientes horas. Discutieron, hicieron conjeturas, e interpretaron de mil maneras el manuscrito.

Finalmente, antes de la media noche, por unanimidad el pueblo decidió que la bomba no se iría, incluso, volvería a su lugar. A partir de ese momento la bomba en la plaza comenzó a simbolizar la resistencia, el fin del miedo, y el poder de un pueblo con conciencia de clase. Todo ello como regalo de un obrero alemán que, en medio de la dictadura nazi, se jugó la piel, y dejó claro que ni el miedo, ni el régimen lo iban a poder hacer matar trabajadores.

De Andrés Delgado.

Creo que todos alguna vez hemos podido vivir algo que resulta ser como “una bomba intocable” en nuestra vida, un recuerdo, una idea, miedo al futuro, alguna enfermedad, tú sabes. Algo que realmente queremos olvidar, borrar de nuestra mente y hacer como si no hubiera pasado nada y sí puede ser fácil “vivir como si nada” pero si somos sinceros, también se convierte en nuestra brújula; empieza a dirigir nuestro camino y nuestras decisiones.

Alguna vez en mi vida he sido como este pueblo, un pueblo asustado que vive con el recordatorio de su vulnerabilidad diaria, que vive asustado/preocupado por ESO que me incomoda de mi pasado o tal vez algún miedo futuro.

La buena noticia es que en mi vida, llegó ese personaje como “Julen” pero en mi vida, se llamó Jesús. Él es quien ha sido el valiente amante de mi alma que se ha adentrado en ella y ha empezado a desarmar esas “bombas” con las que vivía. Él ha sido el que amándome tanto, loco por darme la vida para la que me creó, ha ido removiendo, limpiando y ordenando mi corazón y mi alma.

No sé qué situación mantenga tu corazón afligido, no sé qué miedos te estén atando, pero este blog es para recordarte que así como conmigo, Jesús es amante de TU ALMA, que Él está junto a ti, anhelando que abras la puerta a tu corazón y tu vida, para que Él y Su amor traigan paz a tu alma, traigan esperanza a tu vida y un propósito más grande del que pensabas que podías lograr jamás.

Lo que más me gustó es el final de la historia, porque me recuerda cómo Dios actúa. Aún de las situaciones que estaban preparadas para destruirte (como la bomba) Él puede hacerlas obrar para bien. Porque ahora esa bomba que a pesar de haber sido causante de terror, ahora no sólo es inofensiva porque Jesús la “desarmó”, ahora, es fuente de valor, ahora es el recordatorio perfecto de que Dios es fiel, de que con Dios tenemos esperanza, de que Dios tiene un propósito para ti y que ahora eres llamado a vivir libre y sin temor.

¡Oye! pero ¿cómo te atreves a decir que ESTA situación que me ha atormentado por años puede tener algo de bueno? Si seguimos la analogía de esta historia; me encanta imaginarme como un pueblo vulnerable pero que reconoce su necesidad de “Julen”, de Jesús. Me gusta imaginarme llevando la “bomba” de mi mente a Jesús, para que Él como ingeniero de la creación, desarme toda mentira en mi mente, toda herida en mi corazón y me llene de amor, fuerzas y valentía para ver cómo esta bomba, ahora es mi estandarte; de cómo de esa situación que nadie podría que saldría adelante, ÉL ME SALVÓ.

¿Estás listo para entregarle tu bomba?

La rana y el agua hirviendo

Una rana saltó un día a una olla de agua hirviendo. Inmediatamente, saltó para salir y escapar de ella. Su instinto fue salvarse y no aguantó ni un segundo en la olla. 

Otro día, esa misma olla estaba llena de agua fría. Una rana saltó dentro y nadó tranquila por el agua de la olla. Estaba feliz en esa piscina improvisada. 

Lo que la rana no sabía, es que el agua se iba calentando poco a poco. Así que al poco tiempo, el agua fría se transformó en agua templada. Pero la rana se fue acostumbrando, allí seguía, nadando plácidamente en ella. Sin embargo, poco a poco, el agua fue subiendo de temperatura; tanto que llegó a estar tan caliente que la rana hervida. Ella, sin embargo, no se dió cuenta, ya que el calor aumentó de forma gradual y se fué acostumbrando a él. 

Creo que a veces nos pasa lo mismo en la vida, alguna vez nos ha tocado ser alguna de las dos ranas. A  veces somos la ranita saltando por el camino, sana, sabia y alerta que cuando llega una situación que no es correcta o no va con lo que Dios tiene preparado o pensado para ella y puede identificarlo inmediatamente y saltar fuera de la olla, huyendo de ese calor, huyendo del pecado, del miedo, de las dudas, quien sabe, tu ponle nombre a la situación.

Pero a veces somos la otra ranita, tal vez un poco más despistada, con los oídos un poco desafinados a la voz de Dios, con los ojos perdidos en lo que brilla (porque no todo lo que brilla es oro) y una ranita un poco más enfocada en sí misma y no en EL propósito. Y así poquito a poquito, sin darnos cuenta, vamos saltando de un camino a otro; al fin y al cabo, ¿Qué tanto es tantito? Y vamos saltito a saltito alejándonos de Papá, saltito a saltito acostumbrándonos al agua que sin darnos cuenta va a empezar a quemarnos.

¿Sabes? No debemos de temer al enemigo, pero no debemos de olvidar que él es ingenioso y que se disfraza de cosas “insignificantes” e “inofensivas” para que des pequeños pasos hacia él, como la segunda ranita, para que nos sintamos bien y sin miedo; se disfraza de un pensamiento constante, de un café “amistoso”, de una probadita, de una mentirita “piadosa”, un mensajito, “no´mas” un meme, una conversación “inofensiva” que terminas borrando “no tiene nada de malo pero pues BORRAR HISTORIAL”.

 Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. (Santiago 4:7 NVI)

Dios nos enseña a resistir el mal y el mal huirá de nosotros. Si seguimos con el ejemplo de las ranitas, no significa que tenemos que quedarnos en el agua hirviendo y resistir de forma masoquista el dolor; habla de saltar de la olla, salir, huír de ella, en donde el mal no podrá hacernos daño.

El blog de hoy, no es para hacernos sentir mal por alguna vez haber sido la segunda ranita. Al contrario, es para animarnos a ser la primera ranita; para animarnos a afinar nuestros oídos, a ajustar la mirada al lugar correcto, a dirigir nuestros “saltos”, a identificar motivaciones y redirigirnos a Jesús, quien sin duda, nos llevará a una vida mucho mejor de la que nosotros mismos podríamos decidir.

Así que empezando de cero ¿A quién quieres dirigir tus pasos?

EXPECT MORE – ESPERA MÁS

Destacado

Esta semana fue una semana importante en el trabajo; vino el CEO de la empresa y fue todo un evento increíble y emocionante; el evento es transmitido a nivel mundial para todos los empleados de la empresa y como parte inicial del evento hubo mariachi y bailes típicos mexicanos; y esta mujer sentimental se puso a llorar emocionada de ver la cultura mexicana dándose a conocer en todos mis compañeros mundialmente; pero esto no es lo importante, fue algo de lo que dijo el CEO a los miles de miles de empleados, entre muchísimas cosas: EXPECT MORE que se traduce a ESPERA MÁS.

La ardilla de mi cerebro no pudo dejar de darle vueltas a la cabeza: ESPERA MÁS, ESPERA MÁS, ESPERA MÁS. ¡¡Uff!! ¿Sabes por qué me impactó? Porque sabía que si un CEO podía decir EXPECT MORE, ¿CUÁNTO MÁS VA A PODER DECIR DIOS QUE ESPEREMOS MÁS? Obvio me sentí súper feliz de que el CEO tuviera una cultura que nos invitara a esperar más y pedir más en el trabajo; pero yendo más profundo pensé en Papá, pensé en Dios, pensé en mi creador cerquita de mí diciéndome: ESPERA MÁS.

Mil pensamientos vinieron a mí, si cuando el CEO me dijo eso me trajo tranquilidad y gusto, ¿cuánto más me debe dar el que mi creador me diga eso? ¡Uuff! Porque la verdad a veces queremos limitar a Dios; decidimos ver nuestro panorama y darnos por vencidos, decidimos ver únicamente lo que el mundo dice de nosotros mismos; sin querer queriendo abrazamos el futuro que nuestros errores predicen; inconscientemente depositamos nuestra confianza en el lugar o persona incorrectos, en nuestro trabajo, en nuestra cuenta de banco, en nuestra posición, en nuestra familia; sin darnos cuenta le entregamos a la suerte nuestros planes y sueños. ¿En cuántas cosas le hemos quitado el lugar a Dios?

Yo no sé qué cosas estés pasando, no sé qué cosas tienes guardadas en el corazón y qué sueños o anhelos has dejado atrás; sólo puedo decirte que Jesús hizo todo para no viviéramos esclavizados al pecado, hizo todo para que sepas que en Él hay sueños nuevos, esperanza nueva y vida nueva; que CON JESÚS PUEDES ESPERAR MÁS. Que todo aquello que crees que te puede atar, en Su nombre DESATADO es; que todo aquello que te atemoriza, en Su amor te LLENA de valor; que todo aquello que te hizo tropezar, en Cristo eres LEVANTADO; que todo sueño que soltaste, en Jesús es SUPERADO.

Para no dejar pasar la vida con la mirada mal posicionada y el corazón sin esperanza necesitamos preguntarnos esto constantemente ¿Qué creo que puede hacer Dios en mi vida? ¿Creo que tiene lo mejor para mí? ¿En quién estoy depositando mi confianza? ¿En quién estoy poniendo mi esperanza? ¿Sobre qué verdades estoy basando mis decisiones? ¿Con qué ojos estoy viendo mis situaciones? ¿En qué estoy queriendo tomar el control en vez de dárselo a Dios? ¿En qué estoy dejándole a Dios todo el trabajo, sin tomar acción yo? En resumidas cuentas ¿Qué estamos esperando de Dios?

Prefiero vivir confiando y esperando MÁS en Dios, que vivir atemorizado, aturdido y agobiado por cargar todo en MIS fuerzas. Prefiero entregarle a Dios aquello que no quiero perder, porque sé que en Sus manos está el camino. Prefiero entregarle a Dios mis batallas, porque sé que en Él tengo la victoria. Prefiero entregarle a Dios mis emociones porque sé que en Él tengo las mejores decisiones y relaciones.

Así que… ¿Qué necesitamos entregarle?

¿Tu tiempo Netflix?

¿Tu matrimonio?

¿Tu trabajo?

¿Tu soltería?

¿Tus finanzas?

¿Tu alimentación?

¿Tu tiempo?

Pero sobre todo empecemos por entregarle el corazón.

¨Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!¨ Salmos 1:6

¡HAY ESPERANZA!

Destacado

Dios es tremendamente bueno.

Estas semanas he tenido la oportunidad de ver varios amigos, amigas, algunos que hace mucho tiempo no veía y otros que veo cada semana pero no nos dábamos el tiempo de detenernos y platicar ya más a fondo.

En estas pláticas hubo de todo; chistes buenos, no tan buenos; noticias malas y otras tristes; noticias buenas y otras retadoras; de todo un poco. Pero ¿sabes la constante? Lo que al principio parecía ser una mala noticia, una mala situación, algo irreparable, algo para entristecerse, algo para lo que no había vuelta atrás, conforme iban contando la plática se iba tornando diferente; había una parte en la que podían decir que esa situación sí, sí fue difícil; pero a pesar de ello pudieron ver la bondad de Dios dentro de ello; que sí, en el momento no entendieron; pero ahora pasados los días, semanas, meses, incluso años. Pueden decir “Que bueno es Dios”, “Dios nunca me dejó”, “Dios me respaldó”, “Ahora entiendo”, “Ah! Ahora lo veo”, “Gracias a Dios pasó así”, “Gracias a eso hoy puedo hacer…”, “De eso aprendí que..”. ¡Uffff! Me llena de emoción recordar ¡QUE HAY ESPERANZA!.

No te voy a mentir, hubo suspiros largos, lágrimas de cocodrilo; recordar a veces no es fácil, pero estas lágrimas no fueron cualquier tipo de lágrimas, fueron lágrimas de sentimiento pero que no salían de ojos “vacíos”, no salían de ojos “perdidos”; salían de ojos brillantes, ojos que aunque lloraban parecían sonreír. Suena raro, suena muy cursi; pero es real. Lo que pude ver en cada amigo y amiga fue una mirada tranquila que expresaba “Dios es bueno, Él tiene cuidado de mi”.

¿Y sabes que me encanta? ¡No es normal esto! Personas decidiendo ver a Dios en medio de su situación; personas vulnerables e imperfectas que deciden contar su vida por medio de los ojos de Dios y no los del panorama. Que deciden no ser víctimas de los sucesos; si no que se toman de su identidad de VENCEDORES EN JESÚS y ven el oro en la situación; personas ORDINARIAS viviendo una vida EXTRAORDINARIA; no porque todo sea color de rosa, pero porque deciden enfocarse en lo EXTRAORDINARIO que Dios hace en sus vidas.

Y sí, hay situaciones en la vida en la que simplemente estamos todavía en la etapa en la que no entendemos, no podemos, no queremos, no vemos, ¡no nada! Y sí, así se siente, así es a veces en casa, en tu matrimonio, en tu familia, en el trabajo, en tu corazón. Simplemente no vemos la luz al final del túnel, vemos la superficie todavía muy arriba y nosotros muy ahogados; Pero sabes; ver a estos amigos hablando de la bondad de Dios me llenó de esperanza, me llenó de fuerzas para decir con seguridad: ¡HAY ESPERANZA! Desconozco tus batallas, desconozco las heridas de tu corazón, desconozco tu situación de matrimonio; no sé cuánto tiempo llevas esperando un sueño, una promesa, reconciliación, poder perdonar lo que prometiste no perdonar nunca, poder amar de nuevo, ser amado, tus finanzas, yo no sé. Pero puedo decirte HAY ESPERANZA.

¿Sabes? Hoy sólo puedo invitarte a IR A LOS PIES DE JESÚS a entregar aquello que no puedes cargar, que no puedes entender y que te duele, te confunde o te aturde. No te estoy diciendo que sueltes todo por la borda y le digas “Toma Dios ahí ve cómo le haces con este rollo” jaja (a veces si dan ganas, ¿no?) Más que nada te quiero animar a tomar acción, pasos de fe, decisiones sanas dentro de tu situación y eso hacerlo con el corazón confiado en Jesús.

Hace muchos años, Jesús vino a este mundo, entregó Su vida por nosotros y resucitó para poder darnos esperanza; para que cuando decidiéramos abrirle el corazón, conocerle y amarle, pudiéramos llenarnos de Él, de Su amor, de Su perdón, Su gracia, de Sus fuerzas, Su sabiduría, Su protección, Su cuidado pero sobre todo que sepamos que Él es nuestra esperanza.

Dios, Tú tienes cuidado de mí. Estoy buscando Tú voluntad y tomando decisiones conforme a lo que sé que es Tú voluntad; aún si me equivoco, sé que Tú lo vas a hacer obrar para bien, si lo vas a acomodar en tu plan, me vas a enseñar y me vas a mostrar el camino. Señor, hoy comenzaré a dar pasos, empezaré a caminar segura y confiada en que eres Tú quien me respalda, el que me abre camino dentro de esta situación, el que sana mi corazón. El que me aleja de mentiras del enemigo y me rodea de personas que me aman y me acercan más a ti. GRACIAS por que en ti tengo esperanza y contigo puedo vivir confiado.

Si estabas pensando en rendirte… HAY ESPERANZA.

MÁS SUEÑOS QUE MIEDOS

Destacado

Siempre, desde la primaria hasta hace unos años, tuve un conflicto MUY grande con los ejercicios de ¿Cómo te ves en 5 años?, ¿Cómo te ves en 10 años?, ¿Cómo te ves en 20 años? Ufff ¡Los odiaba! ¿Cómo por qué me hacen esto? Me aturdía pensar en el futuro; ya muuuchos años después mientras conocía y enamoraba del mejor hombre del planeta (mi esposo) me llega el con la pregunta ¿Cómo te ves en 10 años? ¿Cuáles son tus sueños?  ¡Lo quería matar! Ya no estoy en primaria, ¿Por qué me tortura así!? Pensé.

Esta semana cumplo 5 años de haber cambiado de ciudad; de mi hermosa Mérida a mi gran Guadalajara. Y como en cada nueva etapa uno tiene una mezcla de emoción, nervios, temor, expectativas y miles de sentimientos encontrados entre no querer dejar mi lugar y la emoción por aventurarse a lo que viene en lo nuevo.

Si hubiera hecho el ejercicio de ¿Cómo me veo en 5 años? Justo antes de venir, créeme, la respuesta hubiera sido TOTALMENTE equivocada; no esperaba NADA de lo que ha pasado en estos años. En mi familia, el panorama era obscuro, muy obscuro, sinceramente varias veces estuve a punto de dejarlo todo y regresar; al día de hoy Dios ha restaurado mi familia y seguirá haciéndolo cada día más. En mi vida profesional, jamás me hubiera imaginado estar en donde me pondría Dios, en el trabajo que Él me ha dado; pero sobre todo mi relación con DIOS, JAMÁS me hubiera imaginado todo lo que Él ha hecho en mí y cómo tomada de Su mano he visto todo lo que me rodea sanar, restaurar y prosperar. No, mi vida no es perfecta, de plano, no lo es; sigo teniendo batallas, situaciones que salen de mi control y a veces igual siento el agua llegarme al cuello pero si nos atrevemos a salir de nuestra posición, de nuestro panorama y hacemos este análisis, he podido ver cómo Dios ha obrado en medio de todo; Dios me ha enseñado a vivir yendo PASO A PASO confiando en que con Jesús TODO obra para bien; hasta lo que parece imposible. Mi panorama hace 5 años definitivamente no pintaba para lo que es el día de hoy. ¡Dios es bueno!

Y yo sé que tal vez ahorita estés pensando que este tipo de buenas noticias, buenos cambios y milagros no aplica para ti, que es suerte, que le pasa a algunos pero a ti no, y sí, efectivamente yo no sé por qué tipo de batalla estés pasando; no sé lo que tu panorama actual dice de tu futuro; no sé el cansancio que estás viviendo; no sé las traiciones y heridas que tienes en el corazón; desconozco tus miedos; pero lo que sí sé es que Dios hace MARAVILLAS; que en tu batalla, Él te hace vencedor; que a pesar del panorama, Él tiene un futuro glorioso para ti; que en el cansancio, Él es tu fortaleza; que en las heridas, Él sana, Él te restaura; que en las traiciones, Él sigue siento fiel, Él está a tu lado, nunca te deja; y que en tus miedos, Él tiene sueños más grandes de lo que nuestra mente puede imaginar, dejémonos sorprender por Él. Aún en la espera, vamos a gozarnos en la promesa de que Él tiene lo mejor y esta preparándolo; creo que preferimos que sea en SU tiempo y no en el nuestro, aunque la espera sea tooodo un proceso, prefiero mil veces más SU sueño, en SU tiempo, en SU plan.

El día de hoy me encantaría que pudiéramos respirar hondo, cerrar los ojos y decirle a Dios aquello que te asusta, confesarle aquello que en lo que te da miedo soñar, los motivos por los cuales no te permites soñar, ser transparente y aceptar que hay cosas en lo que has pedido la fé, platicarle los temas de tu mente que has guardado en la obscuridad porque estás cansado, porque tienes miedo de pedir, de soñar y no verlo realidad. Que pongas en la mesa aquello que incomoda, que sabes que necesitas que Dios intervenga porque en tus fuerzas sientes que ya no puedes; aquello que necesitas ver con los ojos de Dios y no con los de tu situación. Decidamos entregárselo, ponerlo a los pies de Jesús, sabiendo que en Él somos nuevos, en Él tenemos esperanza, en Él somos vencedores, porque cuando ÉL VENCIÓ, venció por ti, para que no estés más separado de Dios, si no que tengamos vida, descanso en Él , fuerzas nuevas y sueños que sobrepasen nuestra realidad.

Jesús…

Perdona las veces en que no he creído, te he limitado o sacado de mi vida.

Limpia mi mente, permíteme pensar como tú piensas.

Dame tus ojos, permíteme ver cada situación como tú ves, aunque sea mala, permíteme verte a ti en medio de ella, permíteme ver la oportunidad para darte tu lugar.

Transforma mis ideas, dame tus sueños.

Borra mis miedos, remueve lo que no es de ti. Quita toda mentira del enemigo que me impida soñar contigo.

Cierra puertas que no son tuyas y abre las puertas que me acercarán a ti.

Acércame a las personas correctas y dame fuerza para alejarme de las que me alejan de ti.

Muéstrame el camino para cada día verte hacer maravillas.

Dame la fuerza para levantarme, para decidir seguir y ser esa persona que me has llamado a ser.

Examina mi corazón y transfórmalo, sana las heridas, quita las raíces de amargura, rebósame de amor, enséñame hablar vida.

Pero sobre todo, lléname de ti, lléname de tu presencia; enséñame a caminar cada día a tu lado para que venga lo que venga, pueda soñar contigo, amar como tú amas, ver como tú ves y hablar como tú hablas.

Así que ¿Cómo te ves en 10 años?

VIVIR EN AUTOMÁTICO ¿CÓMO ESTÁ TU CORAZÓN?

-Hola ¿Cómo estás?

– Bien, ¿y tú?

– *se me queda viendo fijamente con las cejas alzadas*

– *respiro hondo* bien, amor. Me siento así, fíjate que pasó esto, blablablá.

¿Cuántas veces vivimos en automático, en la superficie de nuestras vidas? Respondiendo lo necesario, haciendo lo necesario, conectando sin conectar; sin ir más profundo.

Estamos acostumbrándonos a un mundo de apariencias, de todo está bien, todo pasa; te conozco pero no es para tanto. Terminamos teniendo una red de amigos gigante que vive en la superficie de nuestras vidas.

Yo prefiero vivir en un mundo en donde seamos intencionales; seamos esos amigos que se atreven a ir más allá del “Hola ¿Cómo estás?”; que nuestro “¿cómo estás?” realmente sea un “¿cómo está tu corazón?”; atrevámonos a ver la mirada de las personas que nos rodean; a ofrecer oración, un oído que escucha.

Atrevámonos a ser transparentes y vulnerables; no tiene nada de extraño tener batallas; lo malo es cuando aparentamos, nos aislamos y le damos espacio al enemigo de sembrar aún más mentiras en tu corazón.

Rodéate de personas que te amen; sé una persona que ama; rechaza las mentiras en tu corazón de que nadie te va querer escuchar; y si alguien alguna vez te hirió así; tienes que saber que hay alguien dispuesto siempre a extender un oído, un abrazo, un café.

Al fin y al cabo, tenemos el mejor ejemplo; Jesús es el amigo perfecto.

Y pues, ¿CÓMO ESTÁS?